Mantén tus dientes siempre limpios.
Nada mejor para evitar que nuestros dientes se tornen
amarillos que mantenerlos limpios. Mantén una correcta higiene bucal: cepíllese
los dientes tres veces al día, una después de cada comida. El enjuague bucal
también es muy útil para mantener nuestra dentadura limpia.
Limita el consumo de determinados alimentos y productos.
Reduce el consumo de alimentos y productos que manchan
nuestros dientes: tabaco, te, coca-cola, vino, café, etc. Lo ideal sería que
después de tomar cada uno de estos productos nos cepilláramos los dientes .
Bicarbonato y agua.
El único remedio casero efectivo para blanquear los dientes
consiste en mezclar bicarbonato y agua hasta formar una pasta y frotar nuestros
dientes con ella. Sin embargo, este remedio no siempre es efectivo. Hay que
tener en cuenta que los dientes tienen tres capas: la externa, también conocida
como esmalte; la media, también llamada dentina; y la interna. Usar bicarbonato
y agua sólo será efectivo para limpiar el esmalte, es decir, la cara externa
del diente.
Acude al dentista.
Cuando la mancha del diente ha traspasado la cara externa
del mismo y ha alcanzado la dentina, no nos quedará otro remedio que acudir al
dentista. La dentina está recorrida por unos tubitos minúsculos que son los que
en realidad se manchan y dan ese aspecto amarillento al vídeo. Limpiar estos
tubitos por nuestra cuenta es imposible. El dentista probablemente nos someta a
un tratamiento a base de un gel de peróxido de carbamida o de peróxido de
hidrógeno. Parte de este tratamiento se realiza en la consulta del dentista y
la otra en casa. Sigue siempre las instrucciones de tu dentista.
Pastas blanqueadoras.
Las pastas de dientes blanqueadoras, al igual que ocurre con
el bicarbonato, sólo son efectivas para limpiar la cara externa del diente. Sin
embargo, sí que son efectivas para mantener limpios los tubitos de la dentina
después de haberse sometido a un tratamiento blanqueador en el dentista.
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